martes, 15 de julio de 2008

Receta

Lo bueno de querer sin querer es evitar la ansiedad y las amarguras inventadas. Recibir la maravillosa sorpresa de encontrarse viva después de haber caminado por el borde de la cornisa. Encontrarse encontrando. Volver a creer en uno, volver a creer que se puede apostar. Querer distinto y saberse aprendiendo después de volver a nacer, pero sin haber olvidado lo vivido, más bien creciendo por lo andado. Poder ponerse en el otro lugar entendiendo sin justificar. No partir de lo mas alto del enamoramiento, sino mas bien ir corriendo y brumas ideales para encontrar realidades e ir queriendo y aprendiendo a amar lo que es y no lo que siempre estamos esperando que sea. Retirar suavemente la angustia de nuestro ser y guardarla en un viejo arcon. Despojarse de prejuicios y banalidades. De fantasmas y pasados recurrentes. Los dejavú del pasado no pertenecen a esta dimensión. Ponerse en el otro sin perderse uno mismo. Disfrutar y celebrar la vida.

No hay comentarios: