miércoles, 16 de marzo de 2011


Con el pecho todavía conmovido, pero con la alegría de las emocionantes imágenes de tu despedida llenando de color las lagrimas que lubrican mis pupilas, vuelvo una vez más a este lugar a hablarte y despedirte.
Ser revolucionario nos da la oportunidad de vivir la vida de manera “grande”, plena de sentido. Todos en este camino somos un poco, mas, o menos, “grandes”. Pero lo que vi y escuché hoy Polo, demuestra cuan grande se puede ser aún cuando esta realidad aplasta para que no crezcamos. Aunque no fuera necesario ver y escuchar lo que vi y escuche, lo que me conmocionó y emocionó, para saber lo que valías… si me sirvió para caer más en cuenta de aquello que siempre pienso: que ser concientes de la realidad y a la vez querer cambiarla, nos da una enorme y hermosa responsabilidad. Que desde el momento que abrazamos la causa de la revolución, tanto lo que hacemos como lo que dejamos de hacer, cambia en un punto la historia… y decidir hacer o dejar de hacer, qué hacer y qué no, ya no es lo mismo. Todos llevamos en la mochila el bastón de mariscal y en la cotidianeidad del camino no damos verdadera cuenta de ello y a veces hasta nos pesa. Nos medimos con la revolución y siempre falta mucho, porque es grande la tarea y llena de obstáculos (y alegrías), pero con enormes enemigos que nos la quieren hacer difícil. Pero cuando medimos lo que hacemos en relación a nuestra propia vida es un montón. Es un montón lo que podemos aportar desde lo mas profundo de nosotros (como hiciste vos y hoy comentaron tantos compañeros en tu despedida), que llenaron de contenido y realidad tus pocos pero enormes años de vida. Que así como tenemos enemigos, hoy estaban allí presentes los aliados que con tu ejemplo y tu militancia ayudaste a sumar a la pelea por la sociedad que soñamos, para que esa revolución que queremos no este tan lejos. Esa maravillosa sensación estar lejos… pero estar allí. De sentir en cada palabra de esos trabajadores que fueron a despedirte, una palabra de consuelo que también me llegaba a mi para que la tristeza le diera paso al orgullo… de saber que con cada compañero allí presente que abraza a Ivana yo también lo hago… ese ser tan parte de una misma clase, de sentirnos tan una misma cosa, de sentir que cuando evocaban lo que hacías yo podía sentirme parte… de saber que a pesar de sentirme muy triste, en cada cosa que seguí haciendo vos estabas, Ivana estaba, nuestros compañeros de Neuquen estaban y los acompañaba… entonces con mas razón había que hacerlas y seguir. De sentirme hermanada no solo por el odio a esta sociedad, sino por esa estrategia que llevamos adelante y cada uno de los compañeros aportamos a realizarla desde los puntos mas diversos del mundo, desde las cosas mas distintas que hacemos… pero siendo uno… de solidaridad, de camaradería, de… es difícil de explicar ¡porque esa sensación es tan ajena a este capitalismo!, es tan corrosiva para este sistema de mierda y tan revulsiva... hermanados en ser parte de la construcción de una sociedad mejor, por la que hoy nos toca la parte de construir ese estado mayor de los esclavos insurrectos. Un orgullo ser parte de este desafío y elección de vida con camaradas como vos, como Ivana, como los compañeros de Neuquén porque hoy pudimos ver que en relación a la revolución todavía es poco… pero que cada vida que se juega en este camino es una enormidad… hoy me volvieron a mostrar, no solo que estamos en el camino correcto… sino también que podemos vencer y que estamos en el lugar correcto.

Gracias Polo, gracias compañeros.
Un orgullo ser parte del PTS.

lunes, 14 de marzo de 2011

recordando

A veces las palabras no alcanzan para describir lo que se siente y es raro. Pero es peor cuando las palabras nos resultan impotentes e igual necesitamos escribirlas. Es inutil siquiera pensar que en este momento puedo llegar a volcar en estas letras todas las imagenes y momentos que se me vienen a la cabeza... y aun asi necesito hacerlo. Desahogar la tristeza y combatir la impotencia que da la muerte, porque hoy la clase obrera ha perdido a un compañero que decidio tomar el camino de la revolucion y que ha sido un gran camarada. Sus primeros pasos con nosotros le valieron una golpiza por parte de los menemistas en la facultad de derecho; y el compañero siguio adelante con mas conviccion. Luego le esperarian pruebas mas dificiles, y el siguio adelante ya como revolucionario, como militante de la clase obrera.
Tal vez sea memoria selectiva pero, aunque tenia su caracter, solo me vienen imagenes de el riendo, haciendo chistes, anecdotas alegres y recuerdos gratos. Luego Ivana y el fueron a Neuquen, a cumplir un papel destacado como abogados de los trabajadores, como abogados revolucionarios y, aunque no mantuvimos una relacion personal, siempre me unio a ellos el orgullo de las peleas que daban, de saber que seguiamos siendo parte de este gran proyecto de luchar por asaltar los cielos. Porque esta vida, la de cambiar el mundo, la de revolucionar la existencia, la de terminar con la explotacion es la unica que merece ser vivida, y vos la viviste hasta el ultimo de tus dias. Por eso Polo, seguiras siendo parte de nuestra construccion todos los dias y estaras presente en la memoria de todos los que te conocimos, porque fuiste parte de esta historia que estamos escribiendo y estaras con nosotros hasta la victoria.
Ivana, Desde aca toda la fuerza que necesites. Estamos con vos, espero que pronto estes bien, te necesitamos camarada.