viernes, 2 de septiembre de 2022

Sobre el atentado a Cristina Kirchner

 Repudio el atentado contra Cristina Kirchner. Hay que frenar la escalada de la derecha, que no es producto sólo de “discursos de odio”.


La existencia de presos políticos, los allanamientos de locales de organizaciones sociales, la demonización de las movilizaciones de los sectores populares, la desaparición de Julio Lopez sin resolver, la existencia de la Ley antiterrorista, por nombrar algunos hechos.

Y sin irnos muy lejos. En febrero, en la ciudad de Córdoba y en el marco de la jornada nacional contra el acuerdo del Gobierno-FMI, personas encapuchadas irrumpieron con armas de fuego y armas blancas. Hubo disparos al aire y un menor de 15 años apuñalado.

¡Esto es lo que viene abriendo el camino a la derecha!


Estos sectores de la derecha, además, son la expresión de grupos de poder concentrados. 

Esos grupos de poder son las empresas privatizadas a las que se le avalan los tarifazos. 

El campo que hace lock outs para imponer sus medidas económicas.

Las empresas de transporte que hacen lock outs patronales para aumentar los pasajes. 

Las empresas privadas que se benefician del trabajo en negro y precarizado. 

Son los sectores que concentran la riqueza mientras el 40% de la población es pobre. 

Es el acuerdo con el FMI que plantea un ajuste que sólo puede ser llevado hasta el final enfrentando a los trabajadores y los pobres. 


Para frenar a la derecha, es un paso enfrentarlos políticamente con el repudio. Pero no alcanza. Hay que avanzar en limar su poder económico y atacar sus intereses en defensa de los intereses de las mayorías populares.


Considero a Cristina Kirchner una representante política de la clase que considero mi enemiga. Enemiga de mi clase. 

Y aunque sus gobiernos me hayan reprimido, y nos ajusten etc, no por eso apoyo o me rio del atentando que sufrió.

Lo repudio absolutamente, porque no se puede permitir que pasen estas acciones de la derecha como si nada. 

Ser indiferente sólo beneficia a quienes mañana vendrán por nosotros.