miércoles, 23 de julio de 2008

Dudas

Centenares de preguntas y dudas se alojan en nosotros. No siempre con respuesta. Atormentan por las noches, asaltan nuestros sueños y toman de rehén nuestra mente en su momento más indefenso. Se transmutan, se convierten, se camuflan para marearnos, asustarnos, angustiarnos… Se vuelven monstruos que activan nuestros peores miedos e incertidumbres. Se alimentan de nuestras debilidades, de nuestra humanidad sensible, de nuestros sentimientos puros, y dejan sus excreciones contaminando nuestra sangre.
Una duda certera es capaz de salpicar las convicciones, aún las más convincentes. Las ensucia, las enturbia, las recubre con un manto de niebla y smog hasta hacerlas venenosas. Reposan en los rincones, en el umbral del sistema nervioso, apenas respirando, acompasadamente, en la oscuridad y el frío, retraídas, observando de soslayo cada pulsación y reacción, atentas, en estado de alerta, esperando el momento propicio para atacar… el momento en que creemos habernos liberado de ellas y bajamos la guardia, y buscamos ser. Saltan, atacan, se reproducen y reavivan cuando nos desconectamos nuevamente para buscarles una respuesta. Metidos para adentro en un diálogo de mudos con ellas.
Tienen un punto débil, un disparo al centro de su esencia: No siempre tienen que tener respuestas. A veces las preguntas que no podemos responder nos ayudan a conocer y a abrir nuevas preguntas si buscamos fuera y no dentro de ellas mismas. Si no somos sus esclavos.
Sentirnos libres del miedo de caminar los laberintos de las dudas, ya es una pequeña respuesta. Virando acá y allá, buscando, avanzando y retrocediendo. A veces a tientas y a veces con desafiante convicción y paso firme. A veces arrastrando nuestras pocas certezas de forma dolorosa sobre los adoquines espinados para que sobrevivan las verdaderas verdades. Otras, deslizándonos graciosamente sobre superficies calidas y mullidas. A veces volviendo al punto de partida, que ya no es el mismo que el del principio. Vamos dejando pequeñas señales del camino recorrido en cada respuesta parcial que encontramos, pequeños mojones de historia, hasta finalmente darnos cuenta que algunas respuestas las hemos creado nosotros mismos caminando y buscando. Algunas veces nos dejamos encantar por los cantos de sirena de las respuestas fáciles… cómodas… disponibles. Otras tantas nos enfrascamos en buscar respuestas sublimes, ininteligibles, inalcanzables, buscando en puntas pie para alcanzarlas, parados sobre las verdaderas respuestas sin verlas, porque estaban ahí nomás… Respuestas que mutarán en nuevas preguntas para que sigamos buscando respuestas, con algunas verdades ciertas en nuestras manos como guía. Pequeñas brújulas para guiarnos en los caminos sinuosos, para poder atravesarlos en línea recta sin perdernos en las curvas. Pequeñas brújulas de pequeñas verdades que están dentro nuestro, que las sentimos si nos dejamos escucharlas. Cientos de dudas seguirán cruzando el camino, piedras, pozos y ríos acaudalados. Impostores, vendedores de fantasías, espejismos de felicidad y comodidad, las mentiras de la vida dada, los juglares de las notas acostumbradas, rutinarias. Pero lo importante es caminar. Cuestionar. Derribarnos a nosotros mismos de ser necesario. Preguntarnos y respondernos sin encerrarnos y paralizarnos en nuestras dudas. Construir.
Sabemos la última respuesta. Buscamos el camino. Las dudas que crucemos nos harán crecer.


5 comentarios:

Espiritu Muajajesco dijo...

si, atreverse a pisotear los viejos y pomposos credos, plantarse frente a los miedos hasta doblegarlos y andar en esos pasillos sinuosos de la duda y la crítica.
Pitrola debería leer esto; quisiera leer su comentario.

Espiritu Muajajesco dijo...

...y sin caer en el anarquismo. A veces es insoportablemente tentador.

Espiritu Muajajesco dijo...

...y sin caer en el anarquismo. A veces es insoportablemente tentador.

Espiritu Muajajesco dijo...

pensaba mientras me dormía: lo de las sirenas es casualidad o es una respuesta intertextual?
no me asustes (tanto)!!

Jack Celliers dijo...

Bueno, por fin alguien que no habla de la duda como si fuera el nirvana epifánico. El elogio de la duda perpetua. Dudemos, dudemos de todo que así somos más cool.

La duda es interesante si sirve para revisar, para investigar, para cuestionar y superar, la duda es buena si intenta suicidarse. La flecha muere en el blanco, pero al hacerlo realiza su sentido. Vivir en la duda es en realidad no dudar sino ignorar.

Trotsky decía: "Quien investiga jamas se jacta de no haber descubierto nada..."