martes, 18 de marzo de 2008

Seguimos



Enviar esta foto por e-mail
Permalink
seguimos...
Hubo momentos en la historia en que los cuerpos se separaron de las maquinas. Los seres adquirían poco a poco autonomía, donde podían ver la verdadera relación entre ellos y sus herramientas. En esos momentos la niebla, el humo, el aire oprobioso que los oprimía dejaba traslucir destellos de ojos afiebrados por la bronca, que contemplaban maravillados sus manos, sus dedos, alzados al aire, y se descubrían moviéndose a voluntad. Los movimientos comenzaban a ser cada vez menos espasmódicos y mas fuertes, acercándose a objetivos prefijados. Las manos tanteaban en la oscuridad que durante años los había cegado y encontraban pasadizos de luz, desde donde las cosas se podían ver distintas. Y en esos claros de luz comenzaron a encontrarse unos a otros, a otros iguales, y comprendieron que las sombras no eran sombras, que la oscuridad no era oscuridad, que el mundo era por ellos y para ellos, que la luz les era expropiada de sus ojos día a día, junto con su sangre, su fuerza y su mente, evaporándose en su sudor. El ejército de esclavos se reconocía como esclavo, pero también como ejercito, y en esos instantes se reconocían también así mismos como libres. Claro que al reconocerse como libres, también se reconocían como prisioneros que debían liberarse… e intentando escapar de esas tinieblas fueron encontrando sus enemigos. La fuerza desatada era abrumadora. Eran miles, millones, que se reconocían en las plazas llenas de sus reivindicaciones, que se reconocían en sus lugares de trabajo, de estudio… en las calles. Y cuanto más avanzaban, mas luz echaban sobre las sombras que escondían la realidad… mas fuerza acumulaban, y mas temían los monstruos que las habitaban y que vivían de sus impulsos vitales, los cuales habían succionado por décadas. Comenzaron a librarse batallas monumentales. Los millones reclamaban lo que les correspondía, lo que les habían robado… Los asesinos veían desmoronarse bajo sus pies el imperio de explotación y miseria que habían construido. Los asesinos no eran más que parásitos que desnudos de su poder mostraban su verdadero rostro de ratas asustadas. Pero no se llegó a desnudarlos completamente. Recurrieron a sus aliados, al gran imperio del que aún hoy son serviciales adeptos, a su dios y su iglesia, a sus gobernantes con todas sus instituciones, a ratas y más ratas sedientas de sangre, armadas y enfermas de rabia espumante, sádicas… desde las ventanas de sus oficinas observaban regocijados la matanza. Los esclavos los corrieron hasta las madrigueras pero sin objetivos demasiado claros, quedaron desarmados frente a la muralla de plomo que frente a ellos se levantó. Fueron enterrados, ahogados, encerrados, torturados en un impotente intento de borrar sus nombres y sus ejemplos de nuestra historia, de desaparecerlos. Los asesinos creyeron limpiar cada fábrica, cada escuela, cada facultad, cada centímetro de las calles de la luz que se había derramado y volvieron a sus sillones apoltronados creyendo haber vencido para siempre, habiendo aplastado a sangre y fuego las voces de libertad y revolución que habían corrido por todos los rincones. ¿Triunfaron? A pesar del intento no pudieron borrar la historia. Los nombres de quienes se levantaron un día de las sombras siguen presentes entre nosotros, así como sus experiencias y enseñanzas. El terror pareció frenar la historia unos momentos. Pero la historia vuelve a rodar, como siempre… Y acá estamos nosotros, como muestra de que no han triunfado, como testigos de lo que la historia nos a enseñado, para tomar en nuestras manos las banderas que no han quemado, los ecos que no han callado, para llevar hasta el final lo que con plomo han intentado detener… para decir que los empresarios, la iglesia y los gobiernos de los empresarios son los asesinos, los que nos hunden en las sombras. Para decir que las ratas aprendieron y se preparan, pero que nuestros compañeros también nos han dejado enseñanzas y nosotros también nos preparamos. Para decir que peleamos por la cárcel a los asesinos y sus cómplices, contra todo intento de seguir profundizando los planes de esclavitud. Porque no lograrán detener la historia, no importa con que máscara se escondan. Se alzarán miles de voces al aire, que como grito de guerra declararán, que los 30000 compañeros están presentes en cada una de nuestras luchas de hoy, y que la palabra a la que más le temen volverá a cobrar fuerza, con manos y cabezas, y resonará nuevamente en todos los rincones y asustados nos escucharan gritar: REVOLUCION.JORNADA CULTURAL A 32 AÑOS DEL GOLPE GENOCIDAMIERCOLES 19 - DESDE LAS 16 HSTRAE LO QUE QUIERAS EXPONER O DECIR, O VENI A MIRAR20 HS PROYECCION Y CHARLA DEBATEUniversidad de San Martin - Sede MigueleteSEGUIMOS...SEGUIMOS...SEGUIMOS...SEGUIMOS...SEGUIMOS...SEGUIMOS...SEGUIMOS...SEGUIMOS...SEGUIMOS...SEGUIMOS...SEGUIMOS...SEGUIMOS...SEGUIMOS...SEGUIMOS...SEGUIMOS...SEGUIMOS...SEGUIMOS...
GA_googleFillSlot("photo_300x250_1_btf");
commentMax = 1500;

Mensajes del Libro de Visitas (2)
laninia_hippie dijo en 18/03/08 15:43 …
... me adhiero....nunca callaran las voces de aquellos que buscamos que las cosas sean distintas...que andes bien jimenamuchos exitosmuassssvale
jimenagale dijo en 19/03/08 13:53 …
Bueno, de acuerdo a una correcta observacion de Gabriel, tengo que pedir perdon a las ratas por compararlas con semejantes asesinos
Lo sentimos - sólo usuarios

No hay comentarios: