Artesanos de futuro. De esas cosas que se hacen con inspiración profunda. Con el cuidado y la técnica del objetivo buscado. Y cuanto más compleja la obra, más tiempo y más de sí entra en juego.
Artesanos especiales, a los que su trabajo los hace libres. Se empeño y dedicación alimentan su espíritu.
Es un trabajo único. Distinto. Dentro del sistema, pero para salir de él.
Unos cuestionan. Otros lo explican. Otros explican el objetivo. Otros corroen y desgastan las bases que lo sostienen. Y cada tanto, unos dan una estocada y otros conmueven.
El pequeño trabajo del orfebre que, con cuidado y tiempo, da un gran resultado. Una joya de fabulosas cuantía, un engranaje de magnífica ingeniería.
Aquellos, los artesanos que no son ni orfebres ni ingenieros, pero que tienen por oficio el trabajo de la vida, y una vida de trabajo.
Fabulosas energías gastadas sólo en vivir, y algunos otros en vivir de verdad.
Fabulosas energías que, separadas de sus cadenas, podrían realizar las cosas inimaginadas y las imaginadas.
Poder lograr al hombre como ser integral. Como cabeza, corazón y músculos.
Sus movimientos son las nuevas danzas. Sus gritos la nueva música. Sus ojos, el nuevo futuro. Su acción colectiva, la nueva vida. Su organización, su triunfo.
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