viernes, 20 de junio de 2008

Rompiendo las leyes de la física

El hombre tiene cosas maravillosas. Cosas que parecen mágicas, que nos hacen parte de ese mundo maravilloso que solo existe en los sueños y en los momentos en que nos trepamos por las luces y sombras para nadar entre las cosas fantásticas que generan nuestras ideas. Facultad que permite burlar lo concreto y material, el tiempo y el espacio. Construirse realidades momentáneas, flashes de fantasías y recuerdos, deseos hechos realidad aunque más no sea para uno mismo en un tiempo, en un momento. Momento que puede cambiarnos el gesto por una sonrisa, por un golpeteo en el pecho, por ansiedad...
La capacidad del recuerdo en tres dimensiones, colores, olores, sensaciones... imágenes y más imágenes que se transforman en piel, en gusto y en más sensaciones. La maravilla inexplicable de burlar la física, donde los kilómetros de rutas, campos, edificios que nos separan de lo que queremos vuelan en un segundo, desaparecen en un instante cuando recordamos un recuerdo. Instalarse en el pasado, viajar en el tiempo, y encontrar, escuchar, tocar, sentir, oler, probar, mirar... Porque las cosas que nos tocaron, nos rozaron, nos acompañaron... son especiales. Hechos y cosas que cambiaron a nuestro paso, que hacen que las cosas ya no sean igual. Mil canciones, mil espacios, mil imágenes, la luna y el sol, el viento, la luz, siguen siendo iguales pero no lo son. Las cosas adquieren sensación, vida, recuerdan. Son parte integrante de la realidad no real. De una realidad mágica. Las cosas ya no son las mismas. ¿Puede ser la misma la lluvia después de haber sido testigo de lo que sentimos? No, la lluvia sigue siendo igual en su esencia pero ha cambiado en su pasado, su presencia...
Cada gota es un beso húmedo que recorre la espalda, el cuello, las orejas, la boca, todo el cuerpo entrando en cada poro de este papel para meterse dentro. Cada rayo que surca el cielo iluminando las sombras son mis manos que acarician, sintiendo impulsos, generando descargas... cada charco que forman las gotas son un abrazo en el que nos hundimos, nos rodea, nos atrapa. El olor de la tierra, ese olor penetrante, especial, que causa esa sensación de paz, de que lo natural entra por nuestra nariz hasta lo mas profundo y se hace parte de nosotros... ese es nuestro perfume, el de la transpiración, de nuestros cuerpos que se buscan y reconocen en el tacto y el olfato, que se encuentran.... la humedad, nuestra piel mojada. La lluvia trae esa fuerza e ímpetu con que sentimos, sin pedir permiso... casi como empujados por una fuerza natural, devastadora, un temporal... Ahora todo esto esta en papel, para ser leído y compartido, sentido… y así la magia sigue.

2 comentarios:

Yeli dijo...

"La capacidad del recuerdo en tres dimensiones, colores, olores, sensaciones"...cierto, tengo recuerdos de fragancias cuando era niña que no he podido olvidar!!!!
Geniales tus palabras.
Un abrazo
Yeli

Espiritu Muajajesco dijo...

creo que intentar romper las leyes de la física sería pretender lo mismo que la física y la ciencia clásica pretendieron hacer con el resto de las interpretaciones.
Pero conseguir remontar vuelo y avanzar en paralelo a este sistema rígido e inflexible para encontrarlo distinto si me parece copado.
Llegó el invierno según los postulados humanos! El frío les ganó de mano. A disfrutar