sábado, 10 de mayo de 2008

Dialogo interno


- ¿Y cómo debía ser? 

No debía pensar en Cómo ser... Ni pensar en Ser... sólo ser y pensar. Uf...

Miró al rededor... 

- ¿Algún indicio? 

No le gustaba lo que veía... y lo que le gustaba, resultaba a sus ojos algo inalcanzable. Un objetivo de ser. De como le gustaría ser. 

Un abismo.

Sabíase potencial, pero no sabíase presente continuo. Y esto la mortificaba. 

- ¿Còmo? Era algo incomprensible, inapreciable. La razón no funciona exactamente como uno le indica. Porque la razón piensa por si misma y, a veces en sus divagues, choca con la piel y los huesos que la contienen. Atrapada, vuela mas allá de sus fronteras pero hay un desfasaje. Todo el resto no puede seguirla. Tropieza. Se cae. Se lastima.

- La razón no mira atrás. Sólo, cuando se siente atrapada. Y es cuando regresa, que todo se cae. Y entonces lee y escucha y se ve y se sorprende. Considera un inútil ejercicio intelectual. Intenta dar cuenta de su propia existencia de inútil intelectual. Duerme. 

El tiempo sigue pasando delante de sus ojos, gastándose. Minutos vacíos que se agolpan. ¿Para que? ¿A dónde van tan aprisa? ¿Para que me apuran si yo no quiero correr? Todo el esquema lógico resiste las refutaciones de falsedad. Cada nueva prueba aplicada es superada nuevamente con nuevas y brillantes afirmaciones y elaboraciones. 

La vida no es lógica. 

Los impulsos resisten la lógica. 

La convivencia, es fatal. 

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