viernes, 23 de mayo de 2008

Caminos

 


Napas subterráneas. Arrastran lodazales, aguas podridas, negras y densas como el petróleo. Se extienden en múltiples brazos arrastrando sedimentos. Impregnando con sus particularidades y hediondeces cada centímetro de tierra. Todo lo que impregna a su paso, pierde vida o pierde esencia. Como una gran serpiente de sombra, va alimentándose de la luz ajena. Los arboles a su paso se infectan. Los animales se enferman. Las flores pierden sentido y los hombres se vacían. Un vacío de negra espesura, de la mas oscura. La de la ausencia de luz, con densidad material, viscosa, densa. 

Todo va inundando. La tierra se hincha a su paso y cruje. La muerte va tiñendo de grises el paisaje. Los colores se nos reservan para otra remota vida. Sólo conserva su color la roja sangre de que se alimenta el terrible monstruo. La barbarie a vencido. Hemos sido derrotados. Solo somos los escombros arrastrados por su torrente. Pero hemos dejado sedimentos. Los nuevos arboles sobreviven por nuestro sustrato y generan nuevo oxigeno para volver a intentar la vida. 


No hay comentarios: