domingo, 28 de septiembre de 2008

catastrofe no natural

Se avecinan tiempos tumultuosos. El capitalismo ha erosionado durante años mundo y vidas, y el viento de la historia ha ido acumulando los escombros en gigantes contradicciones. El huracán de la crisis que se esta desatando sacudirá los cimientos del mundo, hará girar sobre nuestras cabezas todas las contradicciones acumuladas y pondrá a la orden del día nuevos aires para la historia.Nada quedará en pié tal cual lo conocíamos.

El gran imperio, todo poderoso, se doblega ante su propio peso, y hasta que no termine de caer exigirá mundiales gestos de genuflexión, hasta dejarnos de rodillas para apoyarse sobre nuestras cabezas y recuperarse.
Los burgueses de la corte imperial corren por los pasillos del Palacion de Wall Street con caras desencajadas. Han tapiado las puertas y ventanas pero el huracán arremete sin miramientos los cimientos de su palacio. Hasta ellos se habían creído las mentiras con que justificaron su poder y su oro, y ahora se están sumiendo en el caos sin poder dar explicaciones, sólo pensando en salir del pozo sin importar los costos. El ojo del huracán aún no ha llegado y las consecuencias ya son incalculables.
El mundo mira atónito la desesperación de los gurues. Otros pequeños imperios comienzan a sacudirse. Una infinita red invisible los ata al destino del coloso enfermo. La tierra se mueve bajo sus pies, y las lujosas aceras se transforman en oscuras arenas movedizas que se van tragando las riquezas. En minutos, instantes, se esfuman del mundo millones y millones de verdes números, fríos números que se convierten en millones de nuevos hambrientos y desesperados. El imperio ha diseminado bombas y miserias por todo el globo durante sus años de esplendor y de pequeñas crisis, y no hará más que redoblar las cadenas de opresión para sostenerse y no caer.
Pero hay en esta historia una falacia mayor y principal respecto de toda la colección de mentiras con que han constituido su poder. Este huracán no es fruto de la naturaleza, incontrolable, ajena en gran parte a la voluntad del hombre. Este huracán se ha alimentado de los deseos y ambiciones de riquezas y poder de algunos cientos a costa de la mayoría aplastante de la humanidad.
Los esclavos miran asustados el dantesco espectáculo. El coloso esta de rodillas, es hora de dejar de mirar para actuar. La historia está reescribiéndose.
En la historia de la humanidad el arte ha sido utilizado por distintos centros de poder para generar mitos y creencias, para construir ideologías y enraizar en nuestras mentes un extendido y falso sentido común. Desde la Iglesia para difundir sus creencias hasta el fascismo para honrar sus postulados. Desde el capitalismo para tender sombras de perplejidad sobre el futuro e inacción sobre el presente hasta la degeneración estalinista de la revolución, para justificar sus mas terribles traiciones a la clase obrera. Todas estas imágenes se estrellan contra el fruto de la especulación capitalista y caen hechas añicos. Los viejos paradigmas y creencias se agotan, no alcanzan, se cuestionan. Es hora de un nuevo arte. Ya no hay lugar para pintar los paisajes de resignación. El destino esta pidiendo a gritos que lo tomemos en nuestras manos, que le pintemos colores verdaderos desnudando la historia trastocada, que le pongamos nuevas armonías para multiplicar las voces de los que hasta ahora callan, que seamos actores concientes de una obra que debe ser escrita, que bailemos danzas de guerra para poner en pie un ejército de esclavos insurrectos que cobrarán una a una las miserias en que han sido sumidos, que esculpamos una humanidad sin explotados ni explotadores. Que hagamos que el huracán se transforme en un torbellino que barra los cimientos de esta sociedad colocando nuevos pilares, que arroje al trasto de la historia la miseria y la explotación, que libere a la humanidad de sus cadenas para que pueda desarrollarse en todo su potencial social, que transforme el odio en revolución, es decir, la insurrección como arte.
Manos a la obra.

2 comentarios:

Amorexia. dijo...

Hemos inventado la revolución, pero no sabemos qué hacer con ella.

Peter Weiss

La arcilla fundamental de nuestra obra revolucionaria es la juventud.

Ernesto Guevara Che

Las enfermedades que señalan el crecimiento de la humanidad se llaman revoluciones.

Fiedrich

Las revoluciones no se hacen por menudencias, pero nacen por menudencias

Aristóteles

Las revoluciones no se hacen: llegan.

W. Phillips

Las revoluciones nunca han aligerado el peso de las tiranías, sólo lo han cambiado de hombros.

George Bernand Shaw

Las revoluciones son siempre charlatanas.

León Trotsky

Los autores de revoluciones no pueden sufrir que otros las hagan después de ellos.

Jacques Anatole France

Toda revolución se evapora y deja atrás sólo el limo de una nueva burocracia.

Franz Kafka

El peor enemigo de la revolución es el burgués que muchos revolucionarios llevan adentro.

Mao Tse Tun

El revolucionario más radical se convertirá en un conservador el día después de la revolución.

Hannah Arendt

Muchas veces pienso que nosotros, los revolucionarios, somos como el sistema capitalista. Sacamos de los hombres y mujeres lo mejor que poseen, y después nos quedamos tan tranquilos viendo cómo terminan sus días en el abandono y la soledad.

Emma Goldman

Hay dos clases de revolucionarios; los unos desean la revolución y la libertad: son los menos; los otros quieren la revolución y el poder: son la inmensa mayoría.

François René De Chateaubriand

Amorexia. dijo...

Saludos desde mi extraño país.