martes, 16 de septiembre de 2008

2 AÑOS SIN JULIO LOPEZ

FOTO DE UN PATRULLERO CON LA IMAGEN DE JULIO LOPEZ DEGOLLADA.
LOS MISMOS QUE LO DESAPARECIERON LO BUSCAN

El silencio es salud.

Mudamente hablaba la enfermera desde las paredes.

El silencio es salud, dijo,

y su dedo sobre sus labios cerraba la salida de palabras, y te miraba, porque sabía lo que pensabas. Si hablabas, su dedo se despegaba lentamente de sus labios y se inclinaba hasta acusarte, hasta que te silenciaban.

Vos la miraste de reojo, cientos de veces. Estuviste cerca de ella. Cuando te “desaparecieron” la escuchaste gritar histéricamente: -¡Silencio! -¡Hablá! -¡Silencio! -¡Hablá!....

Tus labios se sellaron de terror. Las imágenes que registraste, los dolores que padeciste, las torturas, los golpes, el sonido de los llantos. Tanto que tu garganta se anudó hasta casi ahogarte. El silencio es salud,

repetías en tu cabeza.

Luego, libre, te llevó un tiempo recuperar el habla. Barajar el equilibrio entre el silencio y las palabras. Buscar sin encontrar la definición para tanto sufrimiento y las palabras que pudieran dar cuenta de la aberración del genocidio del cual fuiste víctima.

Luego, de apoco, otros buscadores de palabras escapando al silencio se acercaron a vos. Se juntaron. Se apoyaron. Reconstruyeron. Encontraron las palabras y nos enseñaron a hablar en voz alta y a denunciar los silencios. Parieron el estremecedor relato de la muerte de la cual volvieron. Sus dedos se despegaron de sus bocas, pero para señalar a los asesinos.

La enfermera de la pared cayó al piso y estalló en añicos.

Miles de voces gritaron durante años juicio y castigo a los genocidas! Con tus palabras claras de voz temblorosa lograste un primer paso. Tu voz ha quedado grabada en nuestra memoria y tus palabras siguen haciendo eco, como las de los 30000 compañeros desaparecidos que buscaron callar para siempre y no lo lograron.

Pero los silenciadores siguen silenciando.

Y los asesinos siguen libres, y quienes aprendieron de ellos el silencio también. Ahora es más sofisticado. Quienes buscan el silencio cómplice gritan a viva voz. Hablan de los horrores vividos mientras mantienen el aparato represivo intacto. Gritan por justicia para que nos callemos. Gracias a sus complicidades, luego de tus palabras, se hizo nuevamente el silencio. Te llevaron al silencio intentando silenciarnos. Tomaron la foto rota de la enfermera intentando recomponerla. Hay una batalla abierta.

Hemos sumado nuevas palabras a nuestro vocabulario:

Aparición con vida ya de Jorge Julio Lopez.

Y las gritamos con todas las fuerzas, para que desde donde estés te lleguen y no te invada el silencio.

Que no te ganen.

Que no nos ganen.

Ayer el silencio era salud, hoy si sabes o viste algo… llamá. Las dos caras de la misma impunidad. Dos justificaciones distintas para la represión.

Si a julio lopez lo desaparecieron por enfrentar la verdad y exigir justicia

Si todos nosotros no aparecemos para que el aparezca

Todos nosotros somos los desaparecidos

1 comentario:

Amorexia. dijo...

Entonces seamos todos un Julio López para que no haya mas impunidad en este mundo, ni apatía.

Saludos desde mi extraño país.