viernes, 10 de octubre de 2008

CRISIS CAPITALISTA - ZANON

La crisis económica internacional se profundiza. Las mentiras del mercado que todo autorregula y del desarrollo incuestionable, se caen a pedazos. Su máscara se resquebraja y asoma su verdadero rostro, un rostro de barbarie…



Durante años este sistema ha crecido succionando nuestra fuerza vital. Millones de pobres y super explotados en todo el mundo han alimentado su codicia. Su crisis nos plantea una disyuntiva. Que se esté pudriendo no significará un mejoramiento para las mayorías que lo hemos padecido… sino lo contrario. Su decadencia intentará ser detenida redoblando las cadenas que nos oprimen. Pagando nosotros los millones que se evaporan en los puntos de la bolsa. Suspensiones, despidos, quiebras, rebajas salariales, inflación, devaluación, salvatajes millonarios pagados con nuestra plata, deudas “honradas” con nuestra salud y educación. Pero he aquí la disyuntiva de cual será el camino que tomemos. ¿Dejaremos que una vez mas este coloso insaciable de riquezas evite su derrumbe parándose sobre nuestras cabezas? ¿O aprovecharemos nosotros su profunda agonía para darle de una vez por todas su sentencia de muerte?
El 2001 en la Argentina no ha sido sino un suspiro comparado con la tormenta que se desata. Es el corazón del propio imperialismo el que está infartado.
El 2001 significó para la gran mayoría de nosotros un terrible golpe. La devaluación destruyó nuestros salarios. A los bancos les pesificaron las deudas y perdimos nuestros ahorros. Los empresarios declararon quiebras y despidieron trabajadores, para luego recomenzar su ciclo recuperando rentabilidad en base a una enorme precarizacion laboral y salarios de miseria. El campo depredó el medio ambiente para plantar soja y se enriqueció con el trabajo esclavo de los peones rurales. El gobierno inundó sus arcas con nuestros impuestos, con desocupados que cobran $150, presupuestos educativos, de salud y jubilaciones de miseria. Pagó al FMI a costa de todo esto. Subsidió a las empresas con millones. La crisis que ellos provocaron la pagamos nosotros. Como hoy hacen los grandes centros imperialistas, salvan a los grandes bancos y las grandes empresas mientras la gente se hunde en las deudas y pierde sus casas.

Pero el 2001 también nos dejó otras cosas. Las asambleas populares, la organización de los desocupados y las fábricas recuperadas por sus trabajadores. Mientras los patrones huían dejando un tendal de trabajadores y sus familias en las calles, ellos las retomaban para ponerlas a trabajar. Un caso emblemático es el de los ceramistas de Neuquen (Zanon), quienes llevan 7 años de gestión obrera de la fabrica, sin patrones, sin el estado… crearon cientos de puestos de trabajo y colaboraron activamente con la comunidad, donando cerámicos para la construcción de salas de hospitales y escuelas, colaborando con los fondos de lucha de otros trabajadores en conflicto, aportando con su experiencia en cada punto del país y el mundo que se los requería. Los trabajadores de Zanon son un ejemplo de que las crisis capitalistas no tenemos que pagarlas los trabajadores, y no solo eso, sino que somos los únicos que podemos darle una salida progresiva para el conjunto de la humanidad, organizando la producción nacional en función de las necesidades sociales y no de las ganancias de un puñado de empresas y especuladores que no dudaran en hundirnos con tal de salvarse.
Zanon es mucho más que una gran lucha, es una bandera que hoy debemos alzar bien alto cuando la crisis comience a repercutir directamente sobre nosotros. Es una perspectiva de superación del capitalismo moribundo.
Hoy quieren sacarle la fábrica a los obreros. Defender Zanon bajo control obrero y lograr su expropiación es el primer paso necesario para enfrentar la barbarie que se avecina y dotarnos de un programa que permita liberarnos de este sistema de decadencia. Se avecinan tiempos tumultuosos. La catástrofe capitalista pondrá al orden del día las palabras de Lenin sobre nuestra época, una época de crisis, guerras y revoluciones. El temor evidenciado en la cara de los grandes saqueadores de la humanidad es un llamado de urgencia a que nos organicemos y tomemos cartas en el asunto. La historia se está re-escribiendo y no podemos seguir siendo meros espectadores, sino nuevamente decidirán por nosotros y ya han demostrado suficientemente que cada una de sus decisiones equivaldrán a mayores sufrimientos para las masas desposeídas y oprimidas, a los trabajadores, a los jóvenes, a las mujeres.
Los capitalistas hunden al mundo en el caos y la miseria. El capitalismo ha demostrado que merece perecer. Es hora que tomemos en nuestras manos nuestro destino. Es hora que gobiernen los trabajadores.

1 comentario:

Amorexia. dijo...

Todavía hay que esperar acontecimientos, es prematuro aún tirar campanas al aire por la caída de el capitalismo, lo que si es un hecho es que la brecha entre ricos y pobres se agranda, pero el mercado no es un fracaso, en realidad esta crisis fue hasta predecible, tal como la recuperaciUn económica, obvio que a un nivel macro, la gente recuerda que no es un indicador económico.

saludos desde mi deshora.