lunes, 25 de enero de 2010

Cuentos

Tus sombras acaban de volcar el tintero sobre los próximos cuentos que tenía en mis dedos y salpicó mis ojos.
Mis sombras se ríen una vez más ante mis vanos intentos de mantenerlas a raya. Disfrutan sádicamente, porque hago mil intentos para que no me toquen y contaminen, pero dejo que las tuyas me abracen hasta estrangularme.
Hay cuentos que duelen. Eso esta claro.
Vamos escribiendo capítulos felices, como de mundos de hadas… sabiendo que el final fue en realidad el inicio de los cuentos. Y sabiendo de antemano que el final es un alud de fuego que terminará quemando uno a uno los capítulos que nos llevaron hasta el. ¿Es difícil escribir la historia al revés? Más o menos. Lo difícil es escribir historias que no concuerdan con el desenlace.
Pero esta es la vida real, y aquí en este mundo las perdices fueron devoradas por los lobos, y las pocas que quedaban se comieron entre sí. Las plumas todavía volaban por el aire cuando esta mañana, con la última bocanada, se atoraron en mi garganta hasta ahogarme.

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