jueves, 18 de diciembre de 2008

Esfera


Recuerdo como si fuera hoy, o mas bien casi ya que muchos detalles se escaparon. Esos detalles que solo adquieren brillo a la luz de las cosas que suceden después de ellos, a los que les da verdadera importancia el tiempo, que buscamos hacia atrás como resquicios solo cuando los consideramos necesarios para algo que ocurre con posterioridad. Si, claro. Recuerdo pero algunos detalles se escaparon.Era un miércoles 14, no se de que mes, no se de que año, no se en donde, pero esos son detalles perdidos. Lo que importa es que era miércoles 14, nuevo, recién estrenado… era el día siguiente de un largo martes 13. Terminaba el invierno y la tormenta de niebla que todo había inundado se disipaba lentamente. El piso todavía estaba mojado, resbaladizo. En algunas partes el agua no había secado y su superficie escondía hondos y peligrosos pozos. La luz no era brillante aun, el sol despuntaba pero el resto de niebla en el aire la refractaba y confundía las formas. Caminaba con mucho cuidado y casi sin fuerzas. La infección me había consumido. Sin kilos, sin energía, sin ganas. Algunos recuerdos aun atormentaban. El resto se habían consumido con la carne evaporada. Muchas de las marcas en la piel habían pasado a lo profundo y llegaban a los huesos. Caminaba… sin saber muy bien donde, pero sabia que quería caminar, que había un lugar para llegar y eso era todo lo que tenia. Jugaba a las acrobacias en el cordón de la vereda. El agua podrida de la zanja recorría mi recorrido, caminaba mi camino, amenazante. Una débil hilera de luces, de focos urbanos desgastados de anochecer temblaban pálidamente como en un último esfuerzo por no dejarme a oscuras. Los seguía. En mi camino encontré muchas cosas. Manos sanadoras. Palabras reconfortantes. Imágenes estimulantes. Varias espinas y alguna que otra alimaña, pero seguía. Fue así que me crucé con eso. Me llamó poderosamente la atención. Una esfera extraña, transparente, frágil y magullada. Dentro estaba llena, la mitad de agua cristalina con ruido a mar dulce que invitaba a ser bebida, en el fondo sedimentos de mierda y podredumbre que amenazaba con nuevas infecciones. Al acercarme comenzó a rodar junto a mi, al borde del cordón, amagando a caerse una y mil veces. Tome velocidad para seguirla y la sangre comenzó a fluir dentro mío con mas fuerza. El calendario avanzó dejando atrás el martes 13, y retrocedió recuperando años. Luego de largas caminatas me detuve frente a ella. La tomé entre las manos y la levanté del piso. No opuso resistencia y parecía liviana. La giré y el agua podrida quedó en la superficie y se volvió pesada como un yunke. Giró nuevamente y volvió a levitar sobre mis manos. Calida. Comenzamos el camino juntos. A veces el agua podrida invade con su aroma todo lo que nos rodea, y mis heridas se infectan y arden. Pero seguimos caminando, sigo empujando y en el camino me voy curando. Ella se vuelve cada vez mas brillante, mas liviana, el agua negra va sedimentando y se que se hará limpia, y traspasará las paredes de la esfera y llenará de luz azul y aroma de agua fresca todo. Me hace bien verla y recorrer con ella este camino. Llena de energía que se va liberando en ráfagas luminosas que sacuden y contagian. Frágil mas allá de la aspereza de su superficie. Ruidos de tambores profundos invaden el aire. Se vuelve espeso y denso, carga en sus partículas temblores que nos llegan directo a las terminales nerviosas. Llueve. Si, y está comenzando a granizar y lo sabemos, pero nos gusta. Sabemos que las piedras que caen y las tormentas que vienen nunca las hemos visto, y presagian grandes agitaciones y convulsiones, pero las estamos esperando. Estas piedras terminaran de limpiar el agua y nos volverán livianos y fuertes, nos llenaran de energía y estaremos llegando al final del camino, ahora iluminado por fuegos potentes y explosivos. En ese momento los años volverán adelante saltando de a cientos en la historia, de la esfera saldrán manos, de mis manos saldrá agua. Aun no sé que más encontraremos en el camino. Si en algún momento la esfera se volverá tan liviana que la pierda de vista. Pero eso no ha pasado, y son detalles que aun no necesito recordar, aunque luego se pierdan. Por ahora solo afirmo actúo por lo que sé y quiero. Que el agua escape de la esfera, que mis heridas se curen para poder cubrirse de ella sin ardor, y juntar el granizo en nuestros bolsillos para convertirlos en mas y mas agua que limpie el aire, el cielo, el mundo, y crezca nueva vida bajo el hielo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mágico. Sigue haciendo música con sus letras, camarada. Música, lo que eso significa; trascender la semántica del lenguaje escrito... y blablablabla cosas hiper ñoñas, pero eso.
Deberías encarar con seriedad un proyecto escribidorístico.

Anónimo dijo...

y más allá de lo literal, hermoso, enérgico, tierno. Sí que lo leí varias veces. :)