miércoles, 4 de mayo de 2022

Rocío de otoño

 Las mañanas de otoño en Maschwitz… Un otoño especial. Los primeros días de un mayo especial, por las noches hace 4º y por las tardes 22º. Odio el frío, pero amo estas mañanas. Salir a caminar con mis perras antes de las 7 am, cuando despunta el sol. Una cortina de gasa filtra la luz aun blanca. Es difícil saber si es la realidad o aún duermo. Todavía el rocío está bajo y el frío húmedo no cala los huesos. Un rocío delicado. Casi que se evapora al tocar la piel. Así, el cuerpo, pasa a ser parte de esa neblina que me rodea... se crea una capa aislante del frío y de las cosas. Porque las cosas no tienen bordes, se difuminan, se funden, con el cielo, con el fondo, con las otras cosas. Y los colores se ablandan, se suavizan con un barniz mate agradable a los ojos... cómo fotos sepias, en tonalidades de gris. Hasta los sonidos parecen amortizados. Será que aún una gran parte del mundo sigue dormida. 




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