Varias veces creí,
hasta que una vez morí de amor.
Ahora,
varias veces agonizo.
Doy fe,
testimonio fehaciente,
que es posible llevar astillas en el corazón,
si se aprietan los dientes.
Y esas…
esas son las peores.
No detienen el corazón,
ni duelen cotidianamente,
pero hay ciertos latidos
en que mas se clavan y estremecen.
Sentir así es casi insolente.
A pesar del tiempo estar doliente.
Mirar al cielo y ver un tope,
olvidar la noción del infinito,
hacerse amiga de las sombras,
que no te reconozca el olvido.
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