martes, 2 de marzo de 2010

Te veo

Cara angulosa, de expresión dura. Como de apretar los dientes. Recorro con mis ojos mientras escucho tus palabras, cada borde de tus pómulos, tu nariz, tu boca firme, tu frente llana.. y me detienen tus ojos. Una mirada de frente mientras acomodas tus palabras, y tus ojos me llaman. Ojos de niño en cara de hombre de rudeza. Con las pestañas enormes, que protegen ojos vivos y despejados. No escapan tus pupilas si se encuentran con las mías, y ellas hablan entre si otro idioma, imperceptible. Quedo colgada en tu mirada hasta que tus labios dibujan una sonrisa. Me resulta imposible no sonreírme cuando sonreís. Tus mejillas se retraen dejando ver algo tus dientes, y dibujando dos surcos en tu cara que me fascinan. El derecho, mas grande que el izquierdo, pero que hacen de tu risa algo que embruja. Unos instantes más tarde te veo, parado frente a mi, y me siento tan pequeña y vulnerable. Caminas hacia mí y en un abrazo desaparezco de la tierra. Me pierdo dentro tuyo. Nuestras bocas se encuentran y se saludan. Disfruto tu gusto, el de tu piel, el de tus besos. Siento que me resulta imposible abarcarte con mis caricias, con mis besos, con mi cuerpo y es entonces cuando vos te encargas de cubrirme toda. Entre penumbras puedo ver que me miras a los ojos y sonreís suavemente. Estoy a tu merced… hasta que tus besos se vuelven mas lentos, mas suaves… recorriendo mi cara, mi cuello, mis hombros. Ya no opongo resistencia.

No hay comentarios: